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Escribir es intentar poner un poco de orden en una minúscula arena. Impotente frente al desorden del mundo exterior, sobre el que no puede ejercer ningún control, el escritor intenta ordenar su frase, su párrafo, su página.
Esta es la razón por la que numerosos escritores organizan de forma deliberada el desorden en la habitación donde trabajan: el caos que les rodea les produce la impresión de que es supremamente urgente establecer una especie de orden en alguna parte. Es lo que impulsa al escritor a ensayar sus palabras, a ordenarlas, a dominarlas.
Caroline Blackwood
Reino Unido
Periodista, novelista, casada con Lucien Freud y después con el poeta Robert Lewell. Entre sus obras: The fate of Mary Rose, In the pink, For all that I found there.
"Escribo por imperativo de mi conciencia. Porque me invade un terrible deseo de construir, de edificar. Y…
No podría parar de escribir. Siempre he sabido que mi destino era un destino literario de lector, y…
Escribir es intentar poner un poco de orden en una minúscula arena. Impotente frente al desorden del…
La respuesta más sencilla sería, siguiendo el consejo de Rilke: porque no podría vivir sin escribir.
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