Rosa Chacel

La respuesta más sencilla sería, siguiendo el consejo de Rilke: porque no podría vivir sin escribir.
Esta respuesta remite a su vez a otra pregunta: ¿por qué no podría vivir? Porque si no escribiera, el placer, la ebriedad de vivir quedarían encerrados en el tiempo estrecho de mi única vida. El sabor de lo singular, en un tiempo jamás perdido, la memoria perpetua, la presencia exquisita -ambrosía o hiel- quieren ser (pues, en potencia, son ya voluntad de ser) como un vaso compartido, como un fruto que se muerde y que se ofrece al compañero para que sepa el gusto exacto que ha dejado la marca de nuestros dientes: porque eso, la suavidad incomparable -el horror inconmensurable- se repite en el otro, singular y fraternal en el seno del tiempo... Por eso, por muchas cosas más y, ante todo, por el deseo, en el sentido más vital, más animal: en suma, el apetito integral.


Rosa Chacel
España
Nació en Valladolid en 1898. Estudió arte en Italia. Una muy importante primera novela, Estación ida y vuelta [Ed. Cátedra]. Vivió exiliada tras la guerra civil en Italia, Argentina, Estados Unidos y Brasil. Otras obras: Acrópolis, Alcancía, Barrio de maravillas [Ed. Plaza y Janés], Memorias de Leticia Valle [publicadas en Ed. Lumen].