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Dirección y equipo

Ramón Cañelles

Este perfil biográfico lo he redactado en Febrero de 2018 con el único objetivo de dar claves del espíritu que imprimo a mi trabajo en Talleres de Escritura Fuentetaja y la Fundación Escritura(s)/Writing(s) Foundation. Mis obligaciones como directivo de esta última institución en particular me obligan a ello. Esto que sigue es lo más parecido a un curriculum vitae o un perfil biblio-filmo-biográfico de lo que hice a lo largo de mis actuales 55 años de vida. Aunque no tengo inconveniente en que el producto de mi trabajo y el de muchas de mis comunicaciones profesionales tengan amplia difusión, aspiro sin embargo a que el rastro sobre mi vida personal en redes y medios digitales o impresos sea lo más reducido posible. Ruego respeto para esta elección.

Mi más decidido compromiso profesional, de muy dilatada y plural experiencia, ha sido siempre colaborar al avance de métodos y estrategias para una educación más integral y atenta a las capacidades creativas de toda persona. De ese antiguo compromiso surgió a mediados de los años 80 en Madrid un proyecto didáctico pionero, Talleres de Escritura Fuentetaja, que fundé y aún hoy co-dirijo junto a Chema Álvarez —sin cuyas incontables aportaciones y sentido del buen oficio en frentes muy diferentes, sin su templanza y bellísima compañía, casi nada de lo que sigue habría sido posible.

Tras más de tres décadas manteniendo en vanguardia al proyecto didáctico Fuentetaja, en 2014 decidimos crear la Fundación Escritura(s) para trasladar a esa institución una parte importante de su patrimonio didáctico, así como la valiosa experiencia acumulada de sus responsables. Todo al servicio de unos objetivos que persiguen influir de forma mas decisiva en la evolución del sistema educativo respecto a la enseñanza del lenguaje (en su sentido amplio) y sus potenciales creativos.

A lo largo de estos 35 años he desempeñado infinidad de trabajos diferentes para hacer posible el conjunto de nuestro proyecto: desde docente en contextos muy distintos e innovadores hasta el de especialista en promoción. Listarlos, además de aburridamente “LinkedIn", harían inútilmente extenso este documento. Priorizo aquí pues otros aspectos que me parecen bastante más relevantes.

En el momento de redactar esto, por motivos familiares resido en Brooklyn (New York, USA), donde co-dirijo Writing(s) Foundation, rama de la Fundación Escritura(s). Mi vida cabalga pues en la actualidad entre España y Estados Unidos.

En el ámbito creador, una consciente y temprana renuncia al profesionalismo y la asunción sin tapujos de la condición de aficionado permanente, han enmarcado desde muy joven mis continuas exploraciones artísticas. He dedicado por igual mi pasión a la creación literaria, fotográfica, pictórica, escultórica y sus combinaciones. No es raro pues que el cine fuese a la postre un privilegiado lugar de encuentro para mis variadas destrezas e intereses artísticos.

En ese frente, al final de la década de los 90' fui socio fundador, junto al cineasta Víctor Erice y la poeta Isabel Escudero, de la productora Nautilus Films. En ese contexto y con esa valiosa compañía y guía, invertí tres años (y los ahorros de diez) en la realización de una ambiciosa película, resultado de mi intensa relación con las comunidades indígenas de México. País este fundamental en mi formación intelectual y humana, junto a Francia, China, India, Reino Unido, Estados Unidos y otros lugares y culturas con los que he establecido profundas y muy nutritivas convivencias.

Un caso aparte es Brasil, donde la cineasta Eliane Caffé ha sido mi mentora durante más de veinte años, hasta poner a este país en mi afecto incluso con mayor hondura que mi España natal. Trabajar al servicio de esta cineasta de valentía sin igual, acompañarla, reflexionar y discutir con ella a lo largo de casi toda su carrera hasta el presente, junto a la sostenida amistad con muchos otros cineastas brasileños, han sido la más iluminadora y extraordinaria fuente de estímulo, experiencia y conocimiento.

Mi nomadismo me ha hecho plurilingüe y es vital, no solo espacial. Abarca también el ámbito de las ideas y las estéticas.

Desde el año 2000 he observado y explorado con creciente interés las transformaciones en los registros y hábitos de escritura popularizados por la revolución digital. De esas observaciones e investigaciones surgieron diversos desarrollos teóricos y didácticos dispersos en infinidad de documentos: artículos, prólogos, folletos, videos, conferencias, ebooks, páginas web y, sobre todo y desde siempre, una ingente y muy dinámica correspondencia profesional. Parte de este corpus documental serían algunos de los textos de la web Cartas de amor y de guerra, dedicada a la visionaria correspondencia audiovisual entre Adèle du Lac y Bruno Camino en los albores del Big Bang de Internet. La reconstrucción de sus cartas y otros documentos se encuentran publicados dentro del catálogo de Ediciones del Caracol , un pequeño proyecto editorial surgido también de Fuentetaja.

Desde 2008, en el marco de mi trabajo creativo con programadores, he tratado de resolver retos técnicos al servicio de la amplia comunidad de decenas de miles de personas que se relacionan con nuestras iniciativas en Fuentetaja. Mi aportación más relevante hasta hoy habría sido el conjunto de herramientas innovadores de escritura online en el marco de la plataforma de autopublicación y actividades literarias que es el Club de escritura, hoy en manos de la Fundación Escritura(s).
En conexión con muchas otras tareas de carácter profesional e intelectual, en la actualidad dirijo otros desarrollos de programación que exploren nuevas estructuras narrativas adaptadas a lo que en mis escritos teóricos llamo “páginas-pantalla” o “ páginas de luz”, hibridación de las páginas de los libros con las pantallas de los cines o los televisores (comúnmente conocidas, en una de sus manifestaciones más extendidas, como "páginas web”). Uno de esos desarrollos originales es la página-papiro de desplazamiento horizontal Paseo por un cuadro, una composición que sirve como presentación poética para algunos de los objetivos de la Fundación Escritura(s).

Por razones muy diversas, en las que se sintetizan una parte relevante de mis ideas como crítico cultural, desde mi juventud me rebelé frente a lo que usualmente se considera “hacerse un nombre”. Buena parte de esas razones no me son exclusivas. Al contrario, son razonamientos adscritos a una tradición muy antigua que, en su versión más contemporánea, hoy se ven con nitidez reflejados en parte de la polémica alrededor del caso Elena Ferrante. En coherencia, he firmado mis numerosas obras de creación con distintos seudónimos o, cuando lo he considerado apropiado al objetivo estilístico, simplemente no las he firmado. También en consecuencia he evitado la exhibición pública personal basada en mi trabajo creador. Trabajo en el que por lo demás siempre me he esforzado por integrar voces y miradas de personas y colectivos muy diferentes.

Como creador ("soy artista si lo son el resto de personas”, que diría el gurú contemporáneo Joseph Beuys) vivo pues por elección y por vocación en los márgenes, lo que me permite asumir riesgos impensables en el ámbito profesional, es decir comercial. Me horroriza el malentendido por el que en ocasiones se toma como un acto provocativo el de evitar en todo lo posible la venta de mis trabajos de intencionalidad artística, que traten de regatear al mercado en lugar de regatear en el mercado. A mi forma de ser el acertijo le resulta muy simple, por tanto atractivo: es un hecho que no puedo evitar crear como no puedo evitar amar, comer, beber, respirar y dormir. Mucho tiempo después de esa asunción fundamental a mi vida, supe que la civilización Inuit, a mi juicio la más creativa de la historia de la humanidad conocida, ya lo vivió así durante sus más de 4.000 años de complejas tradiciones. Para decir “poesía" usaban la palabra “respirar". Ojalá nunca tengamos que vender el aire.

Los valores que se sustraen de esta poética, en convivencia dialogante con las muy diversas poéticas, a menudo contradictorias entre sí, de nuestro amplísimo equipo de colaboradores, sirven de cimiento para los retos didácticos que implica el compromiso que he enunciado al comienzo, y del que mi dedicación como co-director de la Fundación Escritura(s) es un paso más en el camino.