Reinaldo Arenas

¿Por qué escribo? No lo sé. Jamás he intentado saberlo, pero presiento que si lo intentase no obtendría una respuesta satisfactoria y si la obtuviese, quizá incluso dejase de escribir. Pues, para mí, escribir es una fatalidad, no una razón; una fuerza natural, no una interpretación.

Felicidad y maldición. No se elige ser escritor (de la misma manera que no se elige ser policía o cazador de leones en el Kilimanjaro), se sigue una intuición, se la obedece, una especie de llamada, una ilusión, un entusiasmo, un deseo, algo misterioso que deseamos dominar a cualquier precio y a lo que —precisamente porque es imposible— dedicamos nuestra vida. El arte es para mí incertidumbre manifiesta, cuentas que rendir, ausencia reencontrada o inventada, plenitud y venganza, exaltación e independencia; y todo esto transfigurado en la creación. De donde se deduce que el arte no puede tener compromiso sino con la libertad; que, en esencia, casi todo escritor es un disidente; que, en fin, los países totalitarios son pródigos en teorías sobre el arte, pero no en artistas: el arte no puede proteger al crimen. No ha habido gran literatura fascista, ni estalinista, ni tampoco literatura castrista. En los países totalitarios, el artista debe elegir entre ser un traficante de palabras (un hipócrita), o un rebelde. Si no, sólo queda el silencio, es decir, la muerte. Porque, en última instancia, escribir es una voluntad de vivir manifestándose.

Reinaldo Arenas
Cuba
Nace en Holguín en 1943. Novelista, cuentista y poeta. Su obra está marcada por la censura, pues algunos de sus textos se publicaron mutilados. Antes que anochezca, autobiografía [Ed. Tusquets], refiere sus vivencias dentro y fuera de Cuba, su lucha contra el sistema político y sus problemas de adecuación en el exilio. Destaca también El mundo alucinante, una novela de aventuras [Ed.Tusquets]